Mitos de Grecia
Mitos de Grecia

La mitología griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los orígenes y significado de sus propios cultos y prácticas rituales. Formaban parte de la religión de la Antigua Grecia... La mitología griega ha ejercido una amplia influencia sobre la cultura, el arte y la literatura de la civilización occidental y sigue siendo parte del patrimonio y lenguaje cultural occidentales.
El mito de Pandora
Según el mito hesiódico, Pandora es la primera mujer, como Eva en la religión judeocristiana. Hefesto (dios del fuego) la modeló a imagen y semejanza de las inmortales, y obtuvo la ayuda de Palas Atenea (diosa de la sabiduría). Zeus ordena su creación para castigar a la raza humana, por que Prometeo se había robado el fuego divino para dárselo a los hombres.
Cada dios le otorgó a Pandora una cualidad como la belleza, la gracia, la persuasión, y la habilidad manual, entre otras; pero Hermes (mensajero de los dioses, e intérprete de la voluntad divina) puso en su corazón la mentira y la falacia.
Según Los Trabajos y Los Días de Hesíodo, había una jarra que contenía todos los males. Pandora apenas la vio, la abrió y dejó que los males inundarán la tierra. Para cuando logró cerrar la jarra, lo único que quedaba adentro era la esperanza, por lo que los humanos no la recibieron. De este mito proviene la expresión ‘abrir la caja de Pandora’. En esta tradición, Pandora representa la perdición de la humanidad al igual que Eva.
El talón de Aquiles
Para la mitología griega, Aquiles fue el principal héroe de la Guerra de Troya y el más fuerte, rápido y bello guerrero de la Ilíada de Homero. Hijo de Peleo, rey de los Mirmidones en Ftía, y de Tetis, una ninfa marina, Aquiles era considerado invencible, pero no inmortal.
cuando nació, su madre Tetis lo sostuvo del talón y lo sumergió en el río Estigia para volverlo inmortal, pero su talón jamás tocó las aguas, permaneciendo vulnerable como el de cualquier otro mortal.
Aquiles creció junto a Patroclo en el monte Pelión, donde se alimentaba de fieros jabalíes, entrañas de león y médula de oso para aumentar su valentía. También aprendió el tiro con arco, el arte de la elocuencia y el canto, y la curación de las heridas. Si bien la Ilíada de Homero es el relato más famoso de las hazañas de Aquiles en la Guerra de troya, ésta solamente abarca unas pocas semanas de la guerra y no narra la muerte de Aquiles.
Durante una de las batallas, los troyanos lograron hacer retroceder a las fuerzas griegas y asaltaron sus barcos. Dirigidos por el príncipe Héctor, los griegos parecían estar a punto de caer, hasta que Patroclo logró repeler a los troyanos de las playas, pero murió a manos de Héctor antes de que lograsen tomar la ciudad de Troya.
Cuando Aquiles supo la noticia, la ira y el dolor lo invadieron de tal manera que estuvo a punto de quitarse la vida. Patroclo fue velado toda la noche, y Aquiles juró que vengaría su muerte. Le pidió a su madre una nueva y más poderosa armadura y salió al campo de combate, donde mató a Héctor y luego ató su cuerpo inerte a su carro, arrastrándolo por nueve días en torno a los muros de Troya, sin permitir que tuviera los ritos funerales. Hasta que la ayuda del dios Hermes, el rey Príamo lo convenció a Aquiles de que le permitiese celebrar los ritos funerarios de su hijo.
El poderoso Aquiles, aparentemente invencible, finalmente fue derrotado por el príncipe troyano Paris, quien le disparó una flecha envenenada –según algunas versiones- dirigida por el dios Apolo al talón izquierdo y lo mató.
El Mito de Perséfone
Perséfone es hija de Zeus y Deméter (hija de Cronos y Rea, hermana de Zeus, y diosa de la fertilidad y el trigo). Su tío Hades (hermano de Zeus y dios de los Infiernos), se enamoró de ella y un día la raptó.
La joven se encontraba recogiendo flores en compañía de sus amigas las ninfas y hermanas de padre, Atenea y Artemisa, y en el momento en que va a tomar un lirio, (según otras versiones un narciso), la tierra se abre y por la grieta Hades la toma y se la lleva.
De esta manera, Perséfone se convirtió en la diosa de los Infiernos. Aparentemente, el rapto se realizó con la cómplice ayuda de Zeus, pero en la ausencia de Deméter, por lo que ésta inició unos largos y tristes viajes en busca de su adorada hija, durante los cuales la tierra se volvió estéril.
Al tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone, pero esto ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de granada, mientras estuvo en el Infierno, no se sabe si por voluntad propia o tentada por Hades. El problema era que un bocado de cualquier producto del Tártaro implicaba quedar encadenado a él para siempre.
El mito griego de Apolo y Dafne
El mito de Apolo y Dafne es una historia de amor no correspondido que proviene de una maldición. Usualmente, la historia se presenta de la siguiente manera: Apolo, dios de las artes, fue maldecido por Eros, dios del amor, después de que se burlara por cómo este último portaba un arco y flechas siendo tan joven.
Eros tomó entonces una flecha de oro y una de plomo. La flecha de oro correspondía al amor y la de plomo al odio. Así, Eros lanzó la flecha de oro a la ninfa de los bosques, Dafne, y la de plomo al dios Apolo, con lo que el dios de las artes quedó enamorado al instante de la ninfa, mientras que ella lo odiaba y huía de él.
Dafne era hermosa en verdad y contaba ya con muchos pretendientes que se habían enamorado de ella; sin embargo, Daphne prefería pasar su tiempo practicando la caza y vagando por los bosques, rogándole a su padre Peneo que la dejara permanecer soltera para dedicarse a lo que a ella le complacía.
No obstante, con el hechizo que Eros había impuesto tanto en Apolo como en ella, Daphne se vio obligada a huir y esconderse permanentemente de él, debido al odio y repugnancia que sentía.
Finalmente, los dioses del Olimpo decidieron ayudar a Apolo para que pudiera alcanzar al objeto de su amor. Fue en este momento que Dafne rogó a Zeus para que Apolo no le diera alcance, convirtiéndola en un árbol de laurel.
Cuando el dios Apolo llegó a ella, prometió, tocando su corteza, que siempre la amaría aunque no pudieran estar juntos, y que le rendiría honores.
Mito de Ícaro
Ícaro se conoce a veces como el inventor del trabajo en madera. Es hijo de Dédalo, genio de la antigüedad que le mostró a Ariadna cómo Teseo podía encontrar el camino en el laberinto de Minos, donde se encontraba el Minotauro (monstruo con cuerpo de toro y cabeza de hombre).
Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto.
Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo.
No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por lo aires desobedeciendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese mar se conoció como El Mar de Icaria.
Con esta ayuda, Teseo fue capaz de matar al Minotauro, por lo que el rey Minos y padre del monstruo, muy molesto encerró a Dédalo con su hijo en el laberinto.
Con la intensión de huir, Dédalo fabricó unas alas para él y su hijo. Las adhirió con cera a los hombros de Ícaro y luego en los suyos e iniciaron el vuelo que los llevaría a la libertad. El padre había advertido a su joven e imprudente hijo que no volara demasiado alto ni demasiado bajo.
No obstante las advertencias de su padre, Ícaro fascinado por lo maravilloso del vuelo se elevó por lo aires desobedeciendo a Dédalo quien no pudo impedirlo. Además, Ícaro se sintió dueño del mundo y quiso ir más alto todavía. Se acercó demasiado al sol, y el calor que había derritió la cera que sostenía sus alas, por lo que las perdió. El desdichado y temerario joven acabó precipitándose en el mar, donde murió. Por eso, desde entonces ese mar se conoció como El Mar de Icaria.
El Mito de Galatea y Polifemo
Galatea era hija de Nereo (hijo de Ponto y Gea) y de una divinidad marina siciliana. La joven era muy hermosa y totalmente blanca y habitaba en el mar calmo. Polifemo, el cíclope (hijo de Poseidón y de la ninfa Toosa, monstruo gigante con un sólo ojo) estaba muy enamorado de Galatea, pero ella no le correspondía.
El corazón de Galatea pertenecía al bello Acis, hijo del dios Pan (dios de los pastores y rebaños) y una ninfa. Una vez que los amantes se encontraban descansando a la orilla del mar, Polifemo los descubrió. Acis intentó huir, pero el furioso monstruo le lanzó una enorme roca y lo aplastó.
Galatea muy triste, acudió a la naturaleza de su madre Toosa y lo convirtió en un río de límpidas aguas que llevó su mismo nombre
Mito de Alcmena
En cierta ocasión mientras Alcmena, mujer de gran belleza y esposa de Anfitrión, se encontraba en su hogar completamente sola, debido a que su esposo se encontraba luchando en plena guerra, fue divisada por el gran Zeus y embelesado por su gran hermosura, tomó ventaja de la ausencia del esposo de ésta para tomar su forma y bajar a la tierra, pasándose por este delante la mujer.
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